Sueños escritos

La vida es un sueño imaginado


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CARACOL SACA LOS CUERNOS AL SOL

 

Agitando el cielo los truenos cantan una canción con graves rugidos. A las diez de la mañana se acerca una borrasca.

Un melancólico caracol se lanza a la aventura. Veloz alza los cuernos al sol. La sombra del cielo lo alerta del chaparrón. Se estremece. Nervioso corre de un lado a otro, lento, agitando su vacío morral donde se guarda cuando siente miedo.

El día se oscurece como sombra de un anochecer a las dos. Las nubes negras arrojan gotas, como agujas en un pajar, contra el suelo, a las tres. El agua moja la hierba. Moja las flores primaverales y las hojas. Algunas se cierran. Las hormigas se pierden dentro de sus volcanes laberinticos de tierra.

El débil caracolito esconde sus cuernos porque las centellas saltan y lo asustan. El caracol se lanza al asfalto sin quedar pegado. El agua lo ayuda a cruzar. Con prisa desliza cuerpo y casa por la calzada pavimentada.

25/04/2018 Sandy Torres

CARACOL


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CELOS

Déjala, no digas que luche contra el huracán, cuando ruge no hay dios ni criatura que lo pare. Si vieras qué producen los celos en la cabeza del malvado dirías:

¡Huye, corre, no pares! ¡Que viene con la rabia de los celos y te romperá! ¡No mires atrás!

Los celos lo han enfermado. El celoso la persigue afilando una guadaña. Con la razón fuera de lugar tras ella va, la baba colgando lleva, y ensangrentados los ojos. El malvado, quiere segar la vida sin que madre naturaleza la haya reclamado. Por el llano va la criatura, asustada, con el aliento cortado y el corazón destrozado.

Déjala, no la animes a luchar contra el viento del mal. Si vieras qué causan los celos de la cabeza del malvado, dirías:

¡Huye, no pares, corre! ¡Aléjate de ese que tiene la sangre fría y la mente caliente!

 

25/04/2018 Sandy Torres

CELOS


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NUESTRA PRIMERA VEZ

Nos entregamos a nuestro primer amor una tarde de verano, en la playa. Entre cañas se encontraba el camino, oscurecido. Nos adentramos, agarrados de la mano, en el paraíso. Las ranas se ocultaron entre los juncos y matas de la orilla. Sobre el agua serena y calmada, en el mar, el reflejo de la luna susurraba una balada con tono nupcial en color plata. Allí perdimos nuestra inocencia. La sal y las algas perfumaban el ambiente. Y la media brisa humedecía nuestros cuerpos desnudos sobre la arena. Millares de estrellas en el firmamento vieron cómo nuestros labios se unieron. Conectamos el uno con el otro, nerviosos, con la prisa que da el amor, sentimos lo ardiente del deseo. Con el pensamiento agitado fuimos despacio, a través de caricias y besos, embriagados por el aroma que da la curiosidad por descubrir algo nuevo. 

En el silencio de la noche bebimos de la fuente. Las sirenas, los delfines y otros peces diferentes, corretearon entre las estrellas, caballitos y ballenas, mar adentro. 

Nosotros, como moluscos, pegados el uno al otro con pegamento. 

España, 19/12/2017 Sandy Torres